Hace años que llevamos escuchando hablar de la cocina “Thai” y algún tiempo menos del concepto “Street Food” o comida callejera, que intenta ser tendencia en España aunque las leyes actuales impiden su evolución ya que reducen su presencia a eventos en recintos privados, lo que resta potencia a la sensación de vivir la calle y comer rodeado de cosas que suceden a tu alrededor.
En Estados Unidos sí había vivido más de cerca esta forma de entender la gastronomía, pero la limitada oferta de los “yanquis” hace que la sensación de placer sea más “light”.
La auténtica comida callejera la descubrí estos días en Bangkok. Desde que pones el primer pie en esta ciudad te embriaga el aroma que desprenden decenas de puestos que se ubican en cada calle y cada rincón. Cada barrio es un mercado con degustación en sí mismo, repletos de woks y planchas sobre las que saltan productos de tierra y mar.
La cocina “Thai” me pareció superatractiva, rica en matices y con mucho “punch”. Eso sí, tienes que ir con la mente abierta y dejarte llevar… aplica el socorrido principio de “Donde fueres haz lo que vieres”. Los tailandeses viven y disfrutan la calle. Son capaces de tomarse un calamar, salchichas, un buey de mar o cualquier otro marisco mientras caminan o cruzan de acera. Hay varios matices a tener en cuenta que me permiten defender este estilo de comida. El primero es que todo está fresco y lo elaboran al momento, algo que ojalá pudiéramos decir de algunos restaurantes españoles. Lo segundo es que los precios son realmente económicos, ya que se puede rellenar el estómago en abundancia por dos o tres euros, y lo tercero es que todos trabajan buen producto y con el conveniente aderezo el resultado es fantástico.
La cocina “Thai” tiene entre sus ingredientes principales el curry, la leche de coco, la citronela, el cilantro, la galanga, el jengibre y la guindilla, presente en casi todos los platos y la culpable de que la mayoría de creaciones piquen considerablemente.
Un plato que me gustó especialmente fue el “Pad Thai”, fideos de arroz con salsa de tamarindo y azúcar de palma, pero también me apasionaron el “Tom Kha Gai”, que es una sopa de pollo con leche de coco y raíz de galanga espectacular y con notas picantes, o la “Papaya Salad”, una ensalada aderezada con papaya verde, judías, salsa de pescado, chile y lima.
¿De qué podemos prescindir? Pues de los rollitos de primavera, que no son muy diferentes de los que podemos encontrar por aquí y del arroz, que normalmente hacen glutinoso en línea parecida al que se utiliza en la cocina japonesa pero que no tiene mayor interés que un mero acompañamiento.
La cocina “Thai” es apasionante, y muy sabrosa. Aunque no vayas a visitar Tailandia en fechas próximas, prueba a hacer alguna receta, porque no son muy complicadas y no te resultará difícil encontrar los ingredientes principales en España. Será una buena forma de familiarizarte con otra cultura y otra forma de entender la gastronomía.
Y sobre todo, es increíble su “Street food”, más auténtica imposible. Ruido, ajetreo, aromas, fuego, un ir y venir de personas en busca de comida… aquí son modas que vienen y van, allí es un estilo de vida.
Si te han entrado ganas de conocer mejor esta cocina otra opción es disfrutar de algunos de los restaurantes que practican cocina tailandesa en nuestro país. En Madrid me quedo con Thai Garden 2112, Bambubox, Thaidy y Krachai, en Barcelona Petit Bangkok, Thai Barcelona y Thai Spicy, en Valencia una buena opción es Namwam Thai Food, y en otras ciudades como Gijón puedes disfrutar de platos con un inconfundible sabor “thai” en Burasari. Disfrutarás seguro.
David Fernández-Prada para www.clubpasionhabanos.com